lunes, 23 de enero de 2012

LA CROQUETA ABURRIDA

Érase una vez una croqueta que estaba muy aburrida en el plato. Un día miró hacia arriba y vio la boca de un niño que no quería comer. Así que dijo:

_ Huy que aburrido es estar en este plato. Voy a dar un gran salto y me meteré en la boca de este niño para que me coma.
Pero la pobre croqueta calculó mal la distancia hasta la boca y   ¡ fiiiiuuuuuuhhhhhhhhh!. Casi casi alcanzó la boca, pero sin llegar a rozarla cayó de golpe en la mesa.


_ ¡¡¡Choffff!!!

_ ¡Socorro! _ le gritaba al niño desde la mesa _ Cómeme, cómeme.
Pero el niño decía desde arriba:
_ No quiero, no quiero. No me gustan las croquetas.
_ Por favor, sálvame_ gritaba la croqueta.
_ No quiero_ decía el niño.

Hasta que de pronto apareció la mamá salvadora con un gran tenedor plateado. Pinchó la croqueta en la tripita haciéndole muchas cosquillas y se la metío al niño en la boca con un rápido movimiento de muñeca.

_ Gracias, gracias _ decía la croqueta_ me has salvado.
_ Hum, ¡qué rica, qué rica!_ decía el niño.

Y colorín, colorado
la croqueta acabó en el estómago
y el niño creció muy sano.



Este cuento que parece tan soso, tontín y sin sentido ha conseguido que mis hijos se coman tooooooooooodo lo que les pongo en el plato noche tras noche.
Se tronchan de la risa. Por lo menos lo he contado once mil veces, pero me lo piden una y otra vez.
Eso sí, acompañado de todo tipo de onomatopeyas y aspavientos, que harían las delicias de cualquier cámara indiscreta.
Los dibujos son de Ivan Herrera, pertenecen al cuento Luisón aprende un montón. 2010.